miércoles, 24 de agosto de 2011

LOS OJOS DE LA GUERRA

'Los ojos de la guerra' es el título de un libro en el que se rinde homenaje a uno de los muchos testigos de conflictos armados, que poco o nada interesan al ciudadano de a pie. Este documento, que desempolvaré durante los próximos días, ha caído en mis manos fruto del azar durante un curso que he realizado la semana pasada, y que me ha reinyectado la ilusión por el auténtico periodismo, aquel que denuncia las injusticias sociales y que desenmascara los poderes e intereses que tienen los diferentes actores mundiales.

Las verdaderas causas de los conflictos actuales y las historias que transcurren de fondo son desconocidas para la mayoría de las personas. Historias como la de Sofía, que camina sin prisa pero sin pausa por los parajes mozambiqueños gracias a sus piernas ortopédicas. A pesar de que una mina antipersona se interpuso en su camino cuando era casi una niña, la fuerza y las ansias de superación de esta africana han quedado reflejadas en varias instantáneas del periodista Gervasio Sánchez, que forman parte ya de su obra 'Vidas minadas'. 

De esta manera, la fotografía, al igual que la literatura, puede ser un buen soporte en el queden plasmados los horrores que dejan las guerras en las que "el hombre sigue siendo un lobo para el hombre" y el antes y el después de las víctimas de estos juegos maléficos que tienen como objetivo el cambio de poder. Dice Sánchez que "la guerra no se puede contar"; es cierto, al igual que otras experiencias hay que vivirlas para comprenderlas pero sí que se puede aproximar al ciudadano a esas realidades tan lejanas y desconocidas para que conozca lo hostil que puede llegar a ser el ser humano con su semejante. 

Una manera fría y autómata de actuar como la de los niños soldado que, después de presenciar la muerte de sus seres más queridos, a los cuales, incluso, tienen que sacrificar en ocasiones ellos mismos para poder mantenerse con vida, aprietan el gatillo sin miramientos y acaban con la vida de muchos compatriotas sin tan siquiera saber por qué. La reinserción de estos menores en la sociedad sierra leonesa es posible gracias a la dedicación y al sacrificio del misionero Chema Cabal,  cuyo trabajo inspira a otras personas a hacer lo mismo en otras partes del mundo y puede conocerse también en otro de los libros del fotoperiodista. Entre granadas, camillas, emboscadas y heridos se esconden muchos 'testigos del olvido' de conflictos armados. Su labor es aplaudida y reconocida por muchas personas anónimas como esta servidora.  

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