martes, 8 de noviembre de 2016

LAS INFINITAS POSIBILIDADES QUE OFRECE LA NATURALEZA

Una caminata por un bosque alejado de la ciudad, con hojas amarillo-naranjas esparcidas por el suelo que crujen tras el impacto de la suela de la bota contra ellas o, incluso, por la misma urbe apreciando el cambio estacional en el infinito radio de calles, tan dispares como complementarias. Se trata de algunos de los miles de planes que trae consigo el otoño y que pueden ser disfrutados en cualquier región española. Planificar una excursión para seleccionar y recoger setas o castañas puede ser la mejor idea para conectarse de nuevo con la naturaleza, tan olvidada en estos tiempos de estrés y prisas. Y es que no hace falta grandes fortunas para disfrutar del tiempo libre en esta estación del año. Una suculenta comida con amigos, acompañada (siempre) por un buen vino, puede tener como broche final una suerte de castañas que harán la velada más amena si cabe. 

Otoño entra en escena para cerrar un ciclo y echar a andar otro. Tiempo de reflexión, renacer y evolucionar. Y, prueba de ello, es su reflejo en la naturaleza. La vida sigue, el tiempo no se detiene por nadie, y después de la lluvia siempre sale el sol. 

La naturaleza nos regala continuamente magia y, por ello, no podemos apartarla de ningún modo de nuestra mente. Prueba de esa ilusión que nos inhala constantemente es algo tan simple como la nieve que, en ocasiones, entra en escena y nos sorprende como la primera vez que dimos cuenta de ella, siendo niños. 

Sin embargo, desde hace unos años, asistimos perplejos a fenómenos anormales según la época del año en la que nos encontremos: lluvias impropias en verano o bocanadas de calor a las puertas de la Nochebuena. Se llama cambio climático y responde a un fenómeno global que plantea ya una respuesta por parte de todos los estados del mundo. Sus consecuencias más visibles son éstas pero detrás hay cientos de problemas relacionados con la falta de agua potable o cosechas inservibles de alimentos. De este modo, aunque, en estos momentos, tengamos cuestiones que, aparentemente, nos exigen más atención que otras como los conflictos armados o la pobreza, no olvidemos este asunto que, sin duda, es la principal amenaza para la conservación de nuestro planeta.