miércoles, 24 de agosto de 2016

ASTORGA: DE CAMPAMENTO ROMANO A CAPITAL DE DIÓCESIS

Hace tan solo unos meses, 'aterricé' por primera vez en Astorga, la conocida, por algunos, como la capital de la Maragatería, situada en la provincia de León. Llegué de noche y nada más adentrarme en el centro de esta localidad, conformada por más de 11.500 habitantes, mis ojos se iluminaron de repente al ver la primera postal que me regalaba el lugar: aquella en la que aparecían en un mismo plano la Catedral y el maravilloso Palacio Episcopal de Gaudí que, junto a la Casa Botines (León) y El Capricho (Cantabria), supone una de las pocas joyas del arquitecto fuera de Cataluña. 

La obra de Gaudi se inspira en el periodo Gótico Medieval y traslada, con la imaginación, a un cuento, del que el visitante no quiere que acabe nunca. Por su parte, la Catedral, con una mezcla de estilos (bárroco, gótico y renacentista), se acomoda a su lado para regalar su belleza a todo el viandante que se le aproxime.

La historia de Astorga da para escribir una importante colección de libros. Y es que, nacida como campamento romano a finales del siglo I antes de Cristo, experimentó una importante evolución que la llevó a coronarse como sede episcopal allá por el siglo III. De este modo, la religión juega un importante papel aquí y, prueba de ello, son los numerosos templos dedicados al culto que se pueden encontrar (Santa Marta, San Bartolomé, Puerta del Rey... ). Por su parte, de aquellos tiempos imperiales aún quedan huellas en la ciudad, como las cloacas, el foso, puente y las termas. 

Otro aspecto que hace volver a llevar la atención a Astorga es su situación estratégica en el Camino de Santiago. Se trata de una parada obligatoria dentro de las etapas que conforman el Camino Francés y que atrae, cada año, a innumerables peregrinos venidos de todas partes del mundo. 

'DEL COMER Y DEL BEBER'

Astorga presume además de que todo aquel que la visita se va saciado en lo que al aspecto gastronómico se refiere. Su plato principal, el cocido maragato, surgió para dotar de toda la energía posible a los trabajadores del campo y llama la atención, no por su composición, sino por el orden en el que se sirven todos sus elementos. De este modo, en primer lugar, se ofrece una importante variedad de carne (chorizo, gallina, oreja de cerdo...) para luego pasar a los garbanzos y el repollo y finalizar con la sopa.

Además de este plato salado, la capital de la maragatería también cuenta con un importante surtido para los más golosos. Sus hojaldres y mantecadas hacen las delicias de los más exigentes, quienes pueden acompañar este homenaje al cuerpo con una buena taza de chocolate, fabricado en esta zona de España. Además, si se quiere ahondar en los orígenes y el proceso de elaboración de este manjar, se puede acudir al Museo del Chocolate, en una visita que no dejará a nadie indiferente. 

En los alrededores de Astorga, se encuentran los conocidos como pueblos maragatos, cuya visita también está recomendada. Entre ellos, se encuentra Castrillo de Los Polvazares, situado a 7 kilómetros. El pueblo, de una belleza sin precedentes, se detiene en el tiempo para mostrar sus caminos empedrados y sus fascinantes casas, las cuales presumen del contraste entre su construcción de piedra y el colorido de sus ventanas y puertas. 

'IMPRESIONES' DE LEÓN

Saliendo de esta zona y con ansias de conocer más lugares de esta provincia, está León, su capital. De este modo, a tan solo 50 kilómetros de Astorga, se puede disfrutar de más bellezas arquitectónicas, como la Catedral, de estilo gótico, y memorable por sus hermosas vidrieras de colores; la Casa de Botines, obra mencionada anteriormente; el Parador de San Marcos y la Colegiata de San Isidoro. 

Con sus casi 130.000 habitantes, León se reafirma como una de las ciudades en las que residir sin perder calidad de vida en el intento. Y es que no hace falta dar muchos pasos para tropezarse con joyas arquitectónicas, conocidas tiendas u otro tipo de servicios. 

Además, si por algo atrapa esta capital es por las abundantes tapas con las que los propietarios del Barrio Húmedo y Romántico agasajan a todo aquel que cruce el umbral de sus bares con el solo propósito de pedir una cerveza o vino. Hablando de este último, una recomendación para todo aquel que visite la ciudad: pidan una copa de Impresiones, un vino semidulce de la tierra, y cuando la caten, brinden por una servidora. 


Esta entrada se la dedico a 'mi chico' y a todos mis amigos de León ;-)

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