miércoles, 13 de agosto de 2014

EL RETORNO

Mucha gente se establece propósitos con el comienzo del año; sin embargo, a mí, personalmente, me gusta fijarlos antes de que llegue septiembre. Será, quizás, una reminiscencia de cuando era pequeña y renovaba libros y vestuario con la aparición del nuevo curso escolar. Ahora, en vacaciones, momento en el que mi cabeza intenta desconectar de la rutina, empiezo a reflexionar sobre el punto en el que me encuentro en muchos planos de mi vida y sobre cuál es el horizonte al que quiero llegar. No es fácil, se necesitan incontables horas, días y meses. Este oasis en el que me hallo me puede ayudar a dilucidar muchas cuestiones que me han perturbado durante los últimos tiempos y que, a día de hoy, aún entorpecen mi día a día. Hace tres años cuando abrí este blog, después de cinco clases de buen periodismo con el mejor de los maestros, me prometí actualizarlo asiduamente. No tanto con el objetivo de que la gente conociese mis impresiones sobre el mundo actual sino para desahogarme también sobre otras cuestiones más personales. Sigo creyendo que la escritura, junto con otras  disciplinas, es la mejor de las terapias, especialmente para personas como yo que no dejan de cuestionar continuamente todo aquello que les rodea.  No voy a prometer nada que no vaya a cumplir, solo digo que lo volveré a intentar. 

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