domingo, 4 de noviembre de 2012

EN OTRO ORDEN DE COSAS

Levantar los pesados párpados cada mañana es una complicada tarea de supervivencia para muchas personas hoy en día. Hacerlo supone destapar unos ojos abatidos y sin brillo que intentan enfocar un horizonte cada vez más difuso. Sus dueños dibujaron en su día el boceto de sus sueños en forma de amores, profesiones y vidas dignas. Una fuerte borrasca ha borrado el contenido de ese papel y, en su lugar, ha dejado un folio en blanco. Muchos de ellos intentan  hacer frente al temporal con el poco aprovisionamiento  emocional y material que les queda, y sueñan con repintar un mundo que el ser humano está haciendo cada vez más inhabitable. Este 'mal tiempo' está desnudando a muchas personas que integran la élite económica, empresarial y política del país y dejando entrever su miseria y ruindad. 

Sin embargo, la lección positiva es que, poco a poco, la mentalidad de los españoles está evolucionando, hasta tal punto que muchos han dado un giro de 360 grados a su escala de prioridades. Acabar una carrera universitaria --muchas veces estudiada sin un ápice de vocación--, encontrar un trabajo con un sueldo desorbitado con el que poder sufragar la ropa y los zapatos más caros del mercado;  el mejor coche, la hipoteca, los viajes a la Riviera Maya y la boda (por la Iglesia, tal y como manda la tradición) están siendo desplazados por llevar una vida improvisada y práctica en la que, en cambio, los amigos y la familia tienen especial protagonismo.

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