jueves, 28 de febrero de 2013

DEL 1º AL 3º

Dos vueltas de llave hacia la izquierda abren la puerta a nuevas historias, dos hacia la derecha dicen adiós a una etapa. Las paredes de las casas guardan cuenta de carnavales, confidencias, cenas, cervezas, cumpleaños, desayunos, lágrimas, llamadas, navidades, risas, tendales, viajes, zapatos. Una amiga me reveló que el único hogar de una persona es donde está la familia, y que el resto son meros puertos en los que refugiarse hasta llegar a tierra. Cierto es, y más viviendo en tiempos convulsos en los que uno tiene que convivir con el cambio y la incertidumbre y, que por ello, tiene que adaptarse y sobrevivir. Sin embargo, es inevitable coger cariño a las personas que comparten tus rutinas y a los seres inertes que habitan con ellas. Una nevera, un sillón, un mantel de fresas, un tocador. Todos ellos forman parte del día a día de los inquilinos. Su convivencia deriva en lecciones positivas, gracias a muchos errores y superaciones así como tolerancia a otros estilos de vida y maneras de pensar. Entonces, cuando a uno le toca hacer mudanza, recoge más que objetos, minutos. 

                                 Dedicado a una buena compañera de piso

2 comentarios:

  1. ¡Quieres dejar de marear los champiñones!

    Siempre quedará el recuerdo y la amistad ;)

    ResponderEliminar
  2. Hola Lorena:
    Los “duendes” de Internet nos han puesto en contacto por LinkedIn. Digo “duendes” porque no recuerdo haberte enviado ninguna invitación a conectar y estoy seguro de que la invitación que he recibido hoy de ti no ha sido cosa tuya, sino del sistema, porque igual que yo no sabía hasta ahora nada de tu existencia, dudo mucho que tú supieras algo de la mía. Pero me alegro de este encuentro, para mí un descubrimiento, sinceramente, porque he curioseado en tu perfil y me he dado de bruces con tu blog, Palabras. Y me he sentido atrapado por tu post, “Del 1º al 3º”, que me ha emocionado. No es fácil decir tanto (y tan bien) en poco texto. ¿Casualidad o cuestión de suerte? Los post siguientes me hacen pensar que ni lo uno ni lo otro. No parecen fruto de una inspiración puntual; leo talento. Por eso me he sentido impulsado a escribirte este mensaje (a “entablar una conversación con un extraño”. Yo también siento correr sangre por mis venas). Te escribo para felicitarte por cómo escribes y para agradecerte que lo compartas. Me he apuntado a seguirte en el blog, si me lo permites, y cada vez que tenga ocasión (y tiempo, que no es mucho) volveré a él.

    ResponderEliminar